4.- La batalla de Sangarará: día de redención americana
Finalmente en el apogeo de la primera Independencia americana, Túpac Amaru derrotó a las tropas españolas en la batalla de Sangarará el 18 de noviembre de 1780. Tal vez el máximo día de libertad e independencia americana desde la llegada de los españoles hasta entonces. El terror se apoderó de los ibéricos: ‘La tropa al mando del señor mariscal de campo, don José del Valle, volvió al Cuzco muy disminuida por muertos y desertores, y los que entraron en dicha ciudad causaban compasión, viéndolos cubiertos de piojos, muchos o los más descalzos y otros envueltos en pellejos. Fueron a alojarse en los hospitales, porque de los malos alimentos estaban padeciendo disentería; no tuvieron un colchón, casa de medicina, ni médicos para la curación de los enfermos, y las tiendas de campaña estaban hechas pedazos, de podridas y maltratadas. Dicen que no se puede leer sin lágrimas los diarios de los señores Valle y Avilés, y conviene en que aquellos infelices que dejaron el bello temperamento de Lima, la quietud y regalo de sus casas para servir al rey, como sus buenos vasallos, no han sido pagados.’ (Relato español del regreso de las tropas imperiales vencidas en Sangarará)[citado por (1)](pag153)
Los españoles del Cuzco estaban espantados; no sólo se refugiaban en las Iglesias, sino que ‘pedían a los sacristanes les franqueasen las bóvedas para sepultarse vivos.’ (1)(pag 151)(cita original de De Angelis Pedro, Colección de obras y documentos.. .) La pavura realista, llegó hasta Buenos Aires, donde el fiscal del Virreinato, doctor Pacheco, lanzó una proclama contra la rebelión: ‘Cree el fiscal poderse declarar por rebelde al cacique Túpac Amaru, y en caso no se entregue, o le entreguen sus partidarios a las reconvenciones o requerimientos que permitan las situaciones de cada partido, autorizarse a todo vasallo del Rey, tanto del partido rebelde como del que pase a subyugarle, para que le aprendan o maten para la más cabal inteligencia de aquel excelentísimo señor Virrey, y que las tropas de una y otra parte procedan con la mayor armonía. Buenos Aires y enero 15 de 1781.’ (1)(pag151)
Y pues, el indio ha exhortado
A criollos, atrevido
A seguir el vil partido
que alevoso se ha fraguado
para que entienda el alzado
que a todas luces se engaña
criollo es el que desengaña
y exhorta a la recia plebe
que sólo conocer debe
por Padre y Rey al de España. (Panfleto arequipeño español) (2)(pag417)
Pero el terror de los españoles, no residía sólo en la posibilidad de perder la vida a manos de los esclavizados indios, sino en algo mucho peor para la hidalga raza ibérica: tener que trabajar con sus propias manos, la peor de las maldiciones para un señorito, caballero o hijodalgo español, que tenía prohibido ejercer oficios ‘serviles’:
Nos hicieran (los victoriosos indios) trabajar
Del modo que ellos trabajan
Y cuanto ahora los rebajan, nos hicieran rebajar;
Ande pudiera esperar
Casa, hacienda ni esplendores
Ninguno alcanzara honores
Todos fueran plebeyos
Fuéramos los indios de ellos
Y ellos fueran los señores. (Copla colonial española-fragmento) (2)(pag412)
Luego del triunfo de Sangarará, Túpac Amaru expidió un mensaje a los pueblos del Perú, volviendo a convocar a los criollos a la unidad con la causa india: ‘Vivamos como hermanos y congregados en un solo cuerpo. Cuidemos de la protección y conservación de los españoles; criollos, mestizos, zambos e indios por ser todos compatriotas, como nacidos en estas tierras y de un mismo origen.’ (cit. por4)(pag149)
martes, noviembre 21, 2006
miércoles, noviembre 15, 2006
TUPAC AMARU PADRE DE LA EMANCIPACION AMERICANA(3)
3.- Túpac Amaru proclama la Independencia americana
Luego de liberar obrajes, indios esclavos y ejecutar corregidores, Túpac Amaru hizo públicas reiteradas proclamas, reclamando la libertad e Independencia de los pueblos de América. Su proclama más difundida es, sin dudas, uno de los documentos liminares de nuestra Independencia, la misma casi repite los argumentos del Manifiesto por la Independencia de América de Juan Vélez de Córdova, proclamados en la Revolución India-Criolla de Oruro del 8 de julio 1739. Por supuesto Vélez de Córdova sufrió la misma suerte de Túpac Amaru, a manos de los piadosos opresores españoles.(2)
La diferencia entre el proyecto de Condorcanqui y el que luego triunfaría en el siglo siguiente, radica en que él proponía una nación India-mestiza- criolla con hegemonía indígena y no una nación hispano-blanca- criolla-britá nica, con exterminio y genocidio permanente del indio, como luego seríamos. ‘Yo Don José I por la gracia de Dios, Inca, Rey del Perú, Santa Fe (Bogotá), Quito, Chile, Buenos Aires, y continentes de los mares del sud, duque de la Superlativa , señor de los Césares y Amazonas con dominio en el gran Paititi, Comisario distribuidor de la piedad divina por erario sin par, etc. Por cuanto es acordado en mi Consejo por junta prolija por repetidas ocasiones, ya secreta, ya pública, que los Reyes de Castilla me han tenido usurpada la corona y dominio de mis gentes, cerca de tres siglos, pensionándome los vasallos con insoportables gabelas, tributos piezas, lanzas, aduanas, alcábalas, estancos, catastros, diezmos, quintos, virreyes, audiencias, corregidores, y demás ministros, todos iguales en la tiranía, vendiendo la justicia, en almoneda con los escribanos de esta fe a quien más puja y a quien más da, entrando en esto los empleos eclesiásticos y seculares, sin temor de Dios, estropeando como a bestias a los naturales del reino; quitando la vida a todos los que no supieron robar, todo digno del más severo reparo. Por eso y por los clamores que con generalidad han llegado al cielo, en el nombre de Dios Todopoderoso, ordenamos y mandamos que ninguna de las personas dichas, pague ni obedezca en cosa alguna a los ministros europeos intrusos, y sólo se deberá tener todo respeto al sacerdocio, pagándole el diezmo y la primicia como, que se da a Dios inmediatamente, y el tributo y el quinto a su Rey y Señor natural, y esto con la moderación con que se hará saber, con las demás leyes de observar y guardar. Y para el pronto remedio de todo lo susoexpresado, mando se reitere y se publique la jura hecha a mi Real Corona en todas las ciudades, villas y lugares de mis dominios, dándome parte con toda la verdad de los vasallos prontos y fieles para el premio igual, y de los que se rebelaren, para la pena que les compite remitiéndonos la jura hecha, con razón de cuanto nos conduzca, etc.’ (2)(pag420-421)
Luego de liberar obrajes, indios esclavos y ejecutar corregidores, Túpac Amaru hizo públicas reiteradas proclamas, reclamando la libertad e Independencia de los pueblos de América. Su proclama más difundida es, sin dudas, uno de los documentos liminares de nuestra Independencia, la misma casi repite los argumentos del Manifiesto por la Independencia de América de Juan Vélez de Córdova, proclamados en la Revolución India-Criolla de Oruro del 8 de julio 1739. Por supuesto Vélez de Córdova sufrió la misma suerte de Túpac Amaru, a manos de los piadosos opresores españoles.(2)
La diferencia entre el proyecto de Condorcanqui y el que luego triunfaría en el siglo siguiente, radica en que él proponía una nación India-mestiza- criolla con hegemonía indígena y no una nación hispano-blanca- criolla-britá nica, con exterminio y genocidio permanente del indio, como luego seríamos. ‘Yo Don José I por la gracia de Dios, Inca, Rey del Perú, Santa Fe (Bogotá), Quito, Chile, Buenos Aires, y continentes de los mares del sud, duque de la Superlativa , señor de los Césares y Amazonas con dominio en el gran Paititi, Comisario distribuidor de la piedad divina por erario sin par, etc. Por cuanto es acordado en mi Consejo por junta prolija por repetidas ocasiones, ya secreta, ya pública, que los Reyes de Castilla me han tenido usurpada la corona y dominio de mis gentes, cerca de tres siglos, pensionándome los vasallos con insoportables gabelas, tributos piezas, lanzas, aduanas, alcábalas, estancos, catastros, diezmos, quintos, virreyes, audiencias, corregidores, y demás ministros, todos iguales en la tiranía, vendiendo la justicia, en almoneda con los escribanos de esta fe a quien más puja y a quien más da, entrando en esto los empleos eclesiásticos y seculares, sin temor de Dios, estropeando como a bestias a los naturales del reino; quitando la vida a todos los que no supieron robar, todo digno del más severo reparo. Por eso y por los clamores que con generalidad han llegado al cielo, en el nombre de Dios Todopoderoso, ordenamos y mandamos que ninguna de las personas dichas, pague ni obedezca en cosa alguna a los ministros europeos intrusos, y sólo se deberá tener todo respeto al sacerdocio, pagándole el diezmo y la primicia como, que se da a Dios inmediatamente, y el tributo y el quinto a su Rey y Señor natural, y esto con la moderación con que se hará saber, con las demás leyes de observar y guardar. Y para el pronto remedio de todo lo susoexpresado, mando se reitere y se publique la jura hecha a mi Real Corona en todas las ciudades, villas y lugares de mis dominios, dándome parte con toda la verdad de los vasallos prontos y fieles para el premio igual, y de los que se rebelaren, para la pena que les compite remitiéndonos la jura hecha, con razón de cuanto nos conduzca, etc.’ (2)(pag420-421)
domingo, noviembre 12, 2006
TUPAC AMARU PADRE DE LA EMANCIPACION AMERICANA(2)
2.- La primera Independencia
Entre el 4 de noviembre de 1780 y el 18 de mayo de 1781 –fecha del horrendo sacrificio de Túpac Amaru, su esposa Micaela Bastidas Puyucawa y toda su familia- América disfrutó el único período de libertad desde el inicio de la invasión y opresión española, hasta su emancipación en 1824. En ese breve período, que en verdad se extiende hasta 1784 en la continuidad de la rebelión por los diferentes jefes Indios del Perú, del Alto Perú y del Norte Argentino, quienes prosiguieron la rebelión iniciada por Túpac, hasta ser totalmente exterminados a sangre y fuego por los genocidas españoles. Cien mil hombres en armas levantó Túpac Amaru a lo largo de más de 1500 kilómetros en una insurrección india preparada a lo largo de varios años, que contaba con jefes y lugartenientes tan importantes como su esposa Micaela Bastidas Puyucawa, Julián Túpac Katari –proclamado virrey del Alto Perú, en concordancia con que Túpac Amaru era el Inca de todo el Tuhwantysuwu restaurado-, su esposa Bartolina Sisa, Diego Cristóbal Túpac Amaru –el más destacado de los colaboradores del Inca-, Mariano Túpac Amaru, Miguel Túpac Amaru, Andrés Túpac Amaru y Dámaso Katari entre otros. Todos ellos -y sus completas familias, incluido el desaparecido hijo de Túpac Catari de 8 años- asesinados de la misma atroz manera que el gran Inca, por los ‘civilizados’ españoles. Cien mil indios levantados en armas, con palos, piedras, recursos hidráulicos, macanas y lanzas, pero con muy pocas armas de fuego y sin conocimiento de su manejo. Cien mil indios asesinó en represalia el terror español, en otro de los genocidios con que los europeos trataron históricamente a los americanos nativos. Pero fue en noviembre de 1780, cuando una nueva generación india recobró la dignidad mancillada por el opresor y expresó su grito de libertad e independencia, extendida al corazón de la América India. De hecho, Condorcanqui retomaba el estandarte invicto de Juan Santos Atahualpa, quien había combatido entre 1742 y 1761, sin ser nunca vencido por los españoles. Santos Atahualpa llegó a crear un estado libre de la dominación goda en la selva central del Perú extendido hasta el Matto Grosso, en alianza con una diversidad de etnias guaranyes. Aún hoy, los pueblos de la selva esperan su regreso. Vinculada con su rebelión, se había producido una insurrección india en Lima en 1750, con apoyo criollo, sofocada a sangre y fuego por el poder español. Luego de la muerte de Juan Santos en 1761, sería Túpac Amaru quien continuaría la heroica resistencia india iniciada el 13 de octubre de 1492.
El 4 de noviembre de 1780 el Inca dio inicio a la rebelión –según dicen algunos historiadores, antes del tiempo previsto, precipitada por la detección de la rebelión criolla de Farfán de los Godos en Cuzco, que lo obligó a actuar antes de tiempo para eludir la represión. Según lo relatado, el día 4, el Inca detuvo al odiado y perverso corregidor Arriaga. El día 10 Arriaga fue ejecutado por Túpac Amaru en la plaza de Tungasuca, ante un gentío exultante de indios y mestizos que no podían dar crédito a lo que sus ojos veían. En los días siguientes continuó Túpac, al mando de sus hombres recorriendo la provincia y liberando indios y mestizos esclavos de las encomiendas y obrajes, repartiendo su bienes entre los pobres americanos y ejecutando a todos los españoles europeos presentes, las mujeres españolas eran obligadas a vestirse con ropas de las mujeres americanas, para escándalo de las ibéricas damas. La rebelión se extendió como un reguero de pólvora sobre la mancillada tierra americana. ‘Causa admiración al ver la prontitud con que obedecieron las voz de este Rebelde en todo el Reino del Perú, pues se sabe notoriamente que en toda la costa de Arica, Tacna y Huantajaya hicieron los indios iguales muertes, robos y atrocidades que en la Sierra , manteniéndose sin sujeción alguna. Y hasta los bárbaros Mocovíes y Pampas de la parte de Jujuy y Salta, tuvieron noticia de esta rebelión, y salieron de sus términos insultando e intentando asolar estas dos ciudades, en donde tuvieron la fortuna de haber llegado a ese tiempo la Compañía de Granaderos del regimiento de Saboya, que venía de Buenos Aires, con la cual pudieron resistir sus terribles invasiones. También los Chiriguanos de la frontera de Tomina, hicieron sus salidas costosos con los deseos que tuvieron de conocer al Titulado Rey Túpac Amaru.(...) Pocas veces se habrá visto desolación tan terrible, ni fuego que con más rapidez se comunicase a tantas distancias, siendo digno, de notar, que en 300 leguas que se cuenta de longitud, desde el Cuzco hasta la frontera del Tucumán, en que se contienen 24 provincias, en todas prendió casi a un mismo tiempo el fuego de la rebelión.’ (Relato de dos Relaciones españolas de la época) (2)(pag430) El día 12, Condorcanqui ocupó el obraje de Pomacancha, liberando a los indios allí esclavizados, repartiendo entre ellos sus bienes, dejando a cargo del mismo –ya no como obraje, sino como propiedad comunal indígena, Ayllú- a su hermano menor Juan Bautista Túpac Amaru. Juan Bautista -único sobreviviente de la familia del Inca-, pasaría cuarenta años en las prisiones españolas en África (en Ceuta) y sería proclamado Rey Inca por el general Belgrano en el Congreso de Tucumán, propuesta que el Congreso aprobara el 31 de julio de 1816. Juan Bautista moriría en Buenos Aires en 1827, encontrándose enterrado en una tumba sin nombre en el cementerio de la Recoleta.
Entre el 4 de noviembre de 1780 y el 18 de mayo de 1781 –fecha del horrendo sacrificio de Túpac Amaru, su esposa Micaela Bastidas Puyucawa y toda su familia- América disfrutó el único período de libertad desde el inicio de la invasión y opresión española, hasta su emancipación en 1824. En ese breve período, que en verdad se extiende hasta 1784 en la continuidad de la rebelión por los diferentes jefes Indios del Perú, del Alto Perú y del Norte Argentino, quienes prosiguieron la rebelión iniciada por Túpac, hasta ser totalmente exterminados a sangre y fuego por los genocidas españoles. Cien mil hombres en armas levantó Túpac Amaru a lo largo de más de 1500 kilómetros en una insurrección india preparada a lo largo de varios años, que contaba con jefes y lugartenientes tan importantes como su esposa Micaela Bastidas Puyucawa, Julián Túpac Katari –proclamado virrey del Alto Perú, en concordancia con que Túpac Amaru era el Inca de todo el Tuhwantysuwu restaurado-, su esposa Bartolina Sisa, Diego Cristóbal Túpac Amaru –el más destacado de los colaboradores del Inca-, Mariano Túpac Amaru, Miguel Túpac Amaru, Andrés Túpac Amaru y Dámaso Katari entre otros. Todos ellos -y sus completas familias, incluido el desaparecido hijo de Túpac Catari de 8 años- asesinados de la misma atroz manera que el gran Inca, por los ‘civilizados’ españoles. Cien mil indios levantados en armas, con palos, piedras, recursos hidráulicos, macanas y lanzas, pero con muy pocas armas de fuego y sin conocimiento de su manejo. Cien mil indios asesinó en represalia el terror español, en otro de los genocidios con que los europeos trataron históricamente a los americanos nativos. Pero fue en noviembre de 1780, cuando una nueva generación india recobró la dignidad mancillada por el opresor y expresó su grito de libertad e independencia, extendida al corazón de la América India. De hecho, Condorcanqui retomaba el estandarte invicto de Juan Santos Atahualpa, quien había combatido entre 1742 y 1761, sin ser nunca vencido por los españoles. Santos Atahualpa llegó a crear un estado libre de la dominación goda en la selva central del Perú extendido hasta el Matto Grosso, en alianza con una diversidad de etnias guaranyes. Aún hoy, los pueblos de la selva esperan su regreso. Vinculada con su rebelión, se había producido una insurrección india en Lima en 1750, con apoyo criollo, sofocada a sangre y fuego por el poder español. Luego de la muerte de Juan Santos en 1761, sería Túpac Amaru quien continuaría la heroica resistencia india iniciada el 13 de octubre de 1492.
El 4 de noviembre de 1780 el Inca dio inicio a la rebelión –según dicen algunos historiadores, antes del tiempo previsto, precipitada por la detección de la rebelión criolla de Farfán de los Godos en Cuzco, que lo obligó a actuar antes de tiempo para eludir la represión. Según lo relatado, el día 4, el Inca detuvo al odiado y perverso corregidor Arriaga. El día 10 Arriaga fue ejecutado por Túpac Amaru en la plaza de Tungasuca, ante un gentío exultante de indios y mestizos que no podían dar crédito a lo que sus ojos veían. En los días siguientes continuó Túpac, al mando de sus hombres recorriendo la provincia y liberando indios y mestizos esclavos de las encomiendas y obrajes, repartiendo su bienes entre los pobres americanos y ejecutando a todos los españoles europeos presentes, las mujeres españolas eran obligadas a vestirse con ropas de las mujeres americanas, para escándalo de las ibéricas damas. La rebelión se extendió como un reguero de pólvora sobre la mancillada tierra americana. ‘Causa admiración al ver la prontitud con que obedecieron las voz de este Rebelde en todo el Reino del Perú, pues se sabe notoriamente que en toda la costa de Arica, Tacna y Huantajaya hicieron los indios iguales muertes, robos y atrocidades que en la Sierra , manteniéndose sin sujeción alguna. Y hasta los bárbaros Mocovíes y Pampas de la parte de Jujuy y Salta, tuvieron noticia de esta rebelión, y salieron de sus términos insultando e intentando asolar estas dos ciudades, en donde tuvieron la fortuna de haber llegado a ese tiempo la Compañía de Granaderos del regimiento de Saboya, que venía de Buenos Aires, con la cual pudieron resistir sus terribles invasiones. También los Chiriguanos de la frontera de Tomina, hicieron sus salidas costosos con los deseos que tuvieron de conocer al Titulado Rey Túpac Amaru.(...) Pocas veces se habrá visto desolación tan terrible, ni fuego que con más rapidez se comunicase a tantas distancias, siendo digno, de notar, que en 300 leguas que se cuenta de longitud, desde el Cuzco hasta la frontera del Tucumán, en que se contienen 24 provincias, en todas prendió casi a un mismo tiempo el fuego de la rebelión.’ (Relato de dos Relaciones españolas de la época) (2)(pag430) El día 12, Condorcanqui ocupó el obraje de Pomacancha, liberando a los indios allí esclavizados, repartiendo entre ellos sus bienes, dejando a cargo del mismo –ya no como obraje, sino como propiedad comunal indígena, Ayllú- a su hermano menor Juan Bautista Túpac Amaru. Juan Bautista -único sobreviviente de la familia del Inca-, pasaría cuarenta años en las prisiones españolas en África (en Ceuta) y sería proclamado Rey Inca por el general Belgrano en el Congreso de Tucumán, propuesta que el Congreso aprobara el 31 de julio de 1816. Juan Bautista moriría en Buenos Aires en 1827, encontrándose enterrado en una tumba sin nombre en el cementerio de la Recoleta.
viernes, noviembre 10, 2006
TUPAC AMARU PADRE DE LA EMANCIPACION AMERICANA
TUPAC AMARU PADRE DE LA EMANCIPACION AMERICANA
Un artículo de Alberto Lapolla.
4 de noviembre de 2006
Ya en Cuzco con empeño
quieren sacudir, y es ley,
el yugo de ajeno rey
y reponer al que es dueño
¡Levantarse americanos!
Tomen armas en las manos
Y con osado furor
¡maten sin temor
a los ministros tiranos! (Afiche pegado en Oruro en abril de 1780 por los criollos
Tupamaristas) (2)(pag425)
1.- 4 de noviembre de 1780: El inicio de la Rebelión
Túpac Amaru II encabezó la mayor rebelión que conoce la historia de los países del Tercer Mundo, hasta muy entrado el siglo XX, luego de la ocupación y expansión europea, iniciada a lo largo del siglo XV, con la llegada de Colón a América y de Vasco da Gama a África y Oriente. Organizó y armó a 100.000 americanos originarios contra el poder español, proclamando la libertad y la independencia de América. Su rebelión fue el golpe más fuerte sufrido por el imperio español, desde la invasión a América en 1492. El jefe del gabinete de Carlos IV, ‘el favorito’ -de la reina- Don Manuel Godoy, exclamaría unos años más tarde, ‘Nadie ignora cuánto se halló cerca de ser perdido, por los años de 1781 y 1782, todo el virreynato del Perú y una parte del de la Plata cuando alzó el estandarte de la insurrección el famoso Condorcanqui, más conocido por el nombre de Túpac Amaru’ (1)(pag151)
‘El 4 de noviembre de 1780 Túpac Amaru da comienzo a la sublevación.( ...) Túpac Amaru y el corregidor de la provincia de Tinta, Antonio Arriaga, se reunieron en la casa del cura de Yanaoca, doctor Carlos Rodríguez, para “celebrar el día de nuestro augusto soberano”. Antes de terminar la comida, fingiendo haber recibido un llamado urgente del Cuzco, Túpac Amaru se retiró de la casa del eclesiástico, y oculto en el camino que conducía a Tinta con un grupo de sus partidarios, esperaba el paso de Arriaga de vuelta para el pueblo.(...) “Retirábase (el corregidor Arriaga) después de comer al pueblo de Tinta, y en la travesía que media le acometió Túpac Amaru con alguna gente que le acompañaba. Echáronle un lazo al cuello y lo trajeron de la mula a la tierra, hicieron a un criado que con él venía y presos dos negros esclavos que a alguna distancia lo seguían, fueron todos conducidos a un sitio separado y secreto, y allí detenidos hasta la medianoche en que fueron introducidos en el pueblo de Tungasuca, y encarcelado el corregidor en una pieza o calabozo en la casa de Túpac Amaru. Observóse tal secreto en Orden a su situación que absolutamente se ignoraba donde se hallaba el corregidor; a unos se decía que estaba actuando ciertas diligencias de importancia que lo negaban a otra atención.” Túpac Amaru llevó al corregidor a Tungasuca y allí estableció su cuartel general, y no en Tinta capital de la provincia. Los motivos saltan a la vista: la situación estratégica de Tinta es mucho menos favorable que la de Tungasuca, que se halla en la cordillera y es de difícil acceso.(...) De acuerdo con el plan previamente fijado y perfectamente ejecutado, obligó de inmediato al corregidor a firmar una carta dirigida a su cajero, en la que le ordenaba remitirle todos los fondos disponibles y todas las armas alcanzables. (...) La fingida carta produjo su efecto. El jefe rebelde, que necesitaba tan apremiosamente armas, sobre todo de fuego, y dinero, gracias a su ardid obtuvo 22.000 pesos, algunas barras de oro, 75 mosquetes, bestias de carga y mulas. Pero el corregidor no sólo se vio obligado a firmar esa carta; también tuvo que poner su firma bajo la misiva a su dependiente Manuel de San Roque, natural de Santiago de Chile, que no le podía presagiar nada bueno. En ésta le ordenaba “fuese a Tungasuca llevando dos pares de grillos, su cama, y llaves de las principales viviendas del Cabildo.” El antes tan soberbio funcionario español, bajo el dictado de Túpac Amaru, el 8 de noviembre de 1780, tuvo que extender órdenes a todos los pueblos de la provincia para que sus habitantes en el término de 24 horas, se presentaran en Tungasuca.(. ..) “Don Miguel de Mesa y don Félix Castelo, a quienes se da la comisión en derecho necesaria, pasarán al pueblo de Citarangani y notificarán a todos los españoles que restan, para que dentro del término de veinte y cuatro horas se presenten en este pueblo. Asimismo a los indios de ambos ayllus; sin que en esto haya reserva de persona alguna, por convenir al servicio del Rey y causa pública. Tungasuca, y noviembre ocho, de mil setecientos ochenta. Antonio de Arriaga.” Naturalmente, la rigurosa orden del gobernador de la provincia fue ejecutada con toda puntualidad. En Tungasuca se hicieron, pues, presentes miles de criollos, mestizos e indios, y aun algunos europeos. Un genóves residente en Sicuani,(... ) en su declaración judicial nos ofrece algunos detalles interesantes sobre los momentos iniciales de la gran rebelión. Según dice, ya el día 8 comenzaron a afluir a Tungasuca muchas personas. De inmediato fueron puestas en pie de guerra, por Túpac Amaru, quien montado en un caballo blanco y vestido de terciopelo negro, dirigía los ejercicios militares en la pampa vecina a Tungasuca. Daba órdenes en los dos idiomas: a los criollos y mestizos, en castellano; a los indios en quechua.’ (2)(pag442 a 444)
Un artículo de Alberto Lapolla.
4 de noviembre de 2006
Ya en Cuzco con empeño
quieren sacudir, y es ley,
el yugo de ajeno rey
y reponer al que es dueño
¡Levantarse americanos!
Tomen armas en las manos
Y con osado furor
¡maten sin temor
a los ministros tiranos! (Afiche pegado en Oruro en abril de 1780 por los criollos
Tupamaristas) (2)(pag425)
1.- 4 de noviembre de 1780: El inicio de la Rebelión
Túpac Amaru II encabezó la mayor rebelión que conoce la historia de los países del Tercer Mundo, hasta muy entrado el siglo XX, luego de la ocupación y expansión europea, iniciada a lo largo del siglo XV, con la llegada de Colón a América y de Vasco da Gama a África y Oriente. Organizó y armó a 100.000 americanos originarios contra el poder español, proclamando la libertad y la independencia de América. Su rebelión fue el golpe más fuerte sufrido por el imperio español, desde la invasión a América en 1492. El jefe del gabinete de Carlos IV, ‘el favorito’ -de la reina- Don Manuel Godoy, exclamaría unos años más tarde, ‘Nadie ignora cuánto se halló cerca de ser perdido, por los años de 1781 y 1782, todo el virreynato del Perú y una parte del de la Plata cuando alzó el estandarte de la insurrección el famoso Condorcanqui, más conocido por el nombre de Túpac Amaru’ (1)(pag151)
‘El 4 de noviembre de 1780 Túpac Amaru da comienzo a la sublevación.( ...) Túpac Amaru y el corregidor de la provincia de Tinta, Antonio Arriaga, se reunieron en la casa del cura de Yanaoca, doctor Carlos Rodríguez, para “celebrar el día de nuestro augusto soberano”. Antes de terminar la comida, fingiendo haber recibido un llamado urgente del Cuzco, Túpac Amaru se retiró de la casa del eclesiástico, y oculto en el camino que conducía a Tinta con un grupo de sus partidarios, esperaba el paso de Arriaga de vuelta para el pueblo.(...) “Retirábase (el corregidor Arriaga) después de comer al pueblo de Tinta, y en la travesía que media le acometió Túpac Amaru con alguna gente que le acompañaba. Echáronle un lazo al cuello y lo trajeron de la mula a la tierra, hicieron a un criado que con él venía y presos dos negros esclavos que a alguna distancia lo seguían, fueron todos conducidos a un sitio separado y secreto, y allí detenidos hasta la medianoche en que fueron introducidos en el pueblo de Tungasuca, y encarcelado el corregidor en una pieza o calabozo en la casa de Túpac Amaru. Observóse tal secreto en Orden a su situación que absolutamente se ignoraba donde se hallaba el corregidor; a unos se decía que estaba actuando ciertas diligencias de importancia que lo negaban a otra atención.” Túpac Amaru llevó al corregidor a Tungasuca y allí estableció su cuartel general, y no en Tinta capital de la provincia. Los motivos saltan a la vista: la situación estratégica de Tinta es mucho menos favorable que la de Tungasuca, que se halla en la cordillera y es de difícil acceso.(...) De acuerdo con el plan previamente fijado y perfectamente ejecutado, obligó de inmediato al corregidor a firmar una carta dirigida a su cajero, en la que le ordenaba remitirle todos los fondos disponibles y todas las armas alcanzables. (...) La fingida carta produjo su efecto. El jefe rebelde, que necesitaba tan apremiosamente armas, sobre todo de fuego, y dinero, gracias a su ardid obtuvo 22.000 pesos, algunas barras de oro, 75 mosquetes, bestias de carga y mulas. Pero el corregidor no sólo se vio obligado a firmar esa carta; también tuvo que poner su firma bajo la misiva a su dependiente Manuel de San Roque, natural de Santiago de Chile, que no le podía presagiar nada bueno. En ésta le ordenaba “fuese a Tungasuca llevando dos pares de grillos, su cama, y llaves de las principales viviendas del Cabildo.” El antes tan soberbio funcionario español, bajo el dictado de Túpac Amaru, el 8 de noviembre de 1780, tuvo que extender órdenes a todos los pueblos de la provincia para que sus habitantes en el término de 24 horas, se presentaran en Tungasuca.(. ..) “Don Miguel de Mesa y don Félix Castelo, a quienes se da la comisión en derecho necesaria, pasarán al pueblo de Citarangani y notificarán a todos los españoles que restan, para que dentro del término de veinte y cuatro horas se presenten en este pueblo. Asimismo a los indios de ambos ayllus; sin que en esto haya reserva de persona alguna, por convenir al servicio del Rey y causa pública. Tungasuca, y noviembre ocho, de mil setecientos ochenta. Antonio de Arriaga.” Naturalmente, la rigurosa orden del gobernador de la provincia fue ejecutada con toda puntualidad. En Tungasuca se hicieron, pues, presentes miles de criollos, mestizos e indios, y aun algunos europeos. Un genóves residente en Sicuani,(... ) en su declaración judicial nos ofrece algunos detalles interesantes sobre los momentos iniciales de la gran rebelión. Según dice, ya el día 8 comenzaron a afluir a Tungasuca muchas personas. De inmediato fueron puestas en pie de guerra, por Túpac Amaru, quien montado en un caballo blanco y vestido de terciopelo negro, dirigía los ejercicios militares en la pampa vecina a Tungasuca. Daba órdenes en los dos idiomas: a los criollos y mestizos, en castellano; a los indios en quechua.’ (2)(pag442 a 444)
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